El coordinador de la bancada Morenista en el Senado de la República, Ricardo Monreal, había sido el principal operador de Andrés Manuel López Obrador en el Congreso de la Unión, a pesar de haberse sentido cepillado de la posibilidad de ser el jefe de gobierno en Ciudad de México por una supuesta encuesta que no le favoreció. Sin embargo, como todo aquel que es cercano al presidente, lo es hasta el día que él decide que no y, como en todos los casos, lo quiso dejar sin fuerza y poder.
Pero a diferencia de la familia Sandoval, a los que borró de su gobierno en un santiamén, los Monreal siguen siendo la principal fuerza política en uno de los estados que tiene una gran influencia en la logística nacional, tanto para la seguridad como para el comercio y otros puntos, pues en ese estado, convergen caminos que unen desde el pacífico, como el puerto de Manzanillo con Nuevo Laredo, hasta Ciudad Juárez con el corredor carretero que llega hasta Centroamérica, donde se encuentra el Canal de Panamá. Es además punto estratégico para muchas distribuciones dentro del país y, sobre todo, para los verdaderos poderosos de México, los líderes de las organizaciones criminales.
No menos que eso, Ricardo Monreal sigue siendo el único operador efectivo que López Obrador tiene en San Lázaro, pues Olga Sánchez Cordero, sigue siendo un muy caro florero, ya no tiene a Julio Scherer con la misma incidencia y, ahora que más los necesita, tiene que echar mano del zacatecano. Pero eso no es ni cerca algo que le guste al presidente, la fuerza y el poder que Monreal ha adquirido, le preocupa y ha sido notorio que lo quiere debilitar de alguna u otra forma.
Sin embargo y a pesar de ello, Monreal insiste en que estará en la boleta de 2024 para las elecciones presidenciales, pues asegura que está preparado y trabajando en favor de México y que, eso, le ha permitido tener una verdadera visión de futuro para nuestro país. Se dice tranquilo porque se sabe merecedor de estar en la sucesión presidencial y está preparado, asegura, para enfrentar los desafíos del México moderno. Vamos, lo que diría cualquier político que se encuentra descaradamente en campaña.
Pero esto será una afrenta al presidente, que podría tener repercusiones, pues el proyecto de Andrés, es claro que está en Sheinbaum, por lo que insistir en que él estará en la boleta, podría ser recibido en Palacio como un reto a la figura del máximo líder. Monreal se siente tan fuerte, que es probable que no le importe, pero en ello podría afectar el proyecto de José Ramón Enríquez Herrera, si persiste, pues si bien llegó a ser senador por una coalición PAN-PRD-MC y se convirtió al morenismo gracias a la relación que tiene con el zacatecano, no tiene el arraigo hacia el proyecto lopezobradorista por más que presuma sus fotos del 2006, cuando militaba en el PRD, por lo que podría terminar siendo el desquite contra las acciones de Monreal, al que le tendría que decir ‘pérame tantito’.