Algo tienen claro en Movimiento Naranja y es el convertirse en una digna y genuina opción rumbo al 2024, aprovechando que el PAN tiene a su peor enemigo en casa, no solo con los dichos de su dirigente nacional, que tropieza más mientras más lo intenta, pues el único proyecto que representa es ver otra vez a Ricardo Anaya, lo que a propios y extraños les provoca un “ya chole”; y que el PRI tiene a Alejandro Moreno Cárdenas sin poder convencer, debido a los resultados obtenidos en el pasado proceso, donde no pudieron conservar ni Sinaloa, que parecía era su principal bastión.
Y si necesitan ayuda, la encuesta publicada por el periódico Reforma donde se miden los perfiles presidenciables rumbo al escenario de 2024, fue un gran impulsor, pues situó a Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, en la tercera posición de las preferencias, apenas unos puntos debajo de Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, un resultado que sorprendió a casi todo el mundo, pues por inverosímil que parezca, ya pone al color naranja por encima del blanquiazul y el tricolor, más allá de si el joven político está o no situado en tan altos vuelos.
Lo que es un hecho, es que robó agenda y prendió un flashazo, pues dejando de lado, insisto, lo que nos pueda o no parecer posible, pone sobre la mesa lo que está ocurriendo en ese instituto y nos obliga analizarlo más a fondo, pues la adición de Porfirio Muñoz Ledo como colaborador, no es poca cosa, pues si algo ha sabido hacer en su vasta trayectoria, es conformar estructuras sólidas. Además, MC ya gobierna dos de las tres entidades más importantes del país, Jalisco y Nuevo León y, a pesar de ser un firme miembro del bloque opositor a López Obrador y su gobierno, ha sabido desmarcarse de los miembros de la Alianza Va por México, que no han sabido hacer frente al poder presidencial, señalando que no serán parte de ninguna alianza electoral.
En Durango, en plena reconstrucción política, ideológica y estructural del partido, el equipo conformado y liderado por Martín Vivanco Lira, ha permanecido activo y llamando la atención de los jóvenes, que evidentemente son su principal objetivo, ofreciendo un espacio político fresco, amigable y relajado, pero con ideas claras de lo que pretenden. El proceso de 2022 será, sin duda, un escenario difícil, en el que todo parece indicar que buscarán cimentar su relación con la sociedad, por encima de buscar perfiles de recicle que ofrezcan una falsa percepción de ‘capital político’, pues este año quedó claro que, jugar a simular, solo los dejará donde empezaron. Para lograr sus objetivos, lo primero era tener claro quiénes son y qué pretenden ofrecer, lo que han dejado de manifiesto, por lo que ahora solo falta seguirlotransmitiendo a los ciudadanos, con acciones positivas y propositivas, abriendo puertas y haciendo sinergia con aquellos a los que no les interesa ‘ser de la política’, sino hacer que la política sea un verdadero instrumento social para el desarrollo.