El Giocondo

Entre indecisiones y sueños guajiros

por Alejandro Flores de la Parra 20 enero, 2022 | Hace 3 años

Las coaliciones conformadas para obtener la gubernatura y las 39 alcaldías que estarán en disputa electoral el próximo 5 de junio, están viviendo momentos turbulentos, como casi siempre pasa cuando están tantos intereses puestos en la misma meta. Sin embargo, es este caso, lo único que denota es que el interés primordial, sigue sin ser el desarrollo de nuestra entidad.

Los morenos con una precandidatura que aún no se define del todo porque, según la propia Comisión de Honor y Justicia de Morena, quien expresó sobreseimiento a la impugnación interpuesta por José Ramón Enríquez, porque ni es militante del partido, como para sentirse con ese derecho, ni se han designado las candidaturas, según el documento con folio 2382 con el que dieron contestación al proceso que quiso empezar el nunca bien encajado oftalmólogo; pues lo que se dio el pasado 23 de diciembre, solo fue el nombramiento de los coordinadores de los poco entendidos ‘Comités de Defensa de la 4T’, sin que esto signifique que la candidatura esté decidida. Resulta pues que, el partido que se dice más democrático de México, no solo les quiso ver la cara a los participantes, sino a la sociedad porque sus precandidatos no lo son, aunque así actúen y anden haciendo campaña a escondidas, muy por encima del agua.

A pesar del desorden que impera en el mencionado instituto político y en su coalición con los partidos Verde y del Trabajo, así como el camaleónico Redes Sociales Progresistas, que en Durango se cansó de señalar lo mal que lo hacía el gobierno de López Obrador, pero que ahora se ha convertido en su aliado, pues no hay mayor interés que el de colgarse, como sanguijuela, de la marca más redituable en el país; la otra coalición se encuentra pendiendo de un hilo, o al menos es lo que el precandidato del PAN, el que de la noche a la mañana logró la mitad de las preferencias en una miniencuesta que ni siquiera tuvo la opción ‘Aún no lo sabe’, pues asegura que, los del PRI, no quieren negociar sino imponer. Pero, a ver, ¿quién va a querer negociar con el que no tiene mucho que ofrecer? Cualquier empresario lo sabe, no le entregas la mayoría de una sociedad a quien aporta menor capital.

La presión que tratan de incidir algunos blanquiazules, que hasta se atreven a amagar con una ruptura de una alianza de la que ni siquiera se les pidió su opinión, solo está contradiciendo aquello que, al principio, querían hacer ver como su más grande fortaleza: la capacidad de “unir a todos los partidos”. Tampoco se entiende que, si “caballo que alcanza gana”, ahora se pretenda sacar de la encuesta acordada, el nivel de conocimiento de los perfiles, o ¿será acaso que solo pretendían vernos la cara con números alegres? ¿Hablan de no permitir imposiciones y lo piensan resolver imponiendo? Vaya, cada día entiendo menos de estrategias modernas, porque pensar que con los 100 mil votos que lograron en 2021, lograrían retener el gobierno, suena más que amenaza, a sueño guajiro.

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