Como mejor ejemplo nos ofrece la CDMX que por primera vez es gobernada con paridad de género, sin embargo esto no se ha visto reflejado en programas y acciones integrales para combatir la desigualdad, claramente nos ha expuesto esta realidad las nulas respuestas en la acción y el incremento a los feminicidios, peor aún la represión a las activistas que han buscado manifestar sus peticiones ante la GOBERNADORA.
La marchita y grotesca frase de “YA ES TIEMPO DE LAS MUJERES” nos deja muy en claro que lo pudo haber demostrado desde su primera trinchera hace 18 años, no ahora que las activistas y otras mujeres en sus luchas han peleado para representar a las que ahora no están, no están por la falta de justicia, por la impunidad, por la indiferencia en el conducir las políticas públicas y sobre todo en el tenor político no están porque han ocupado el mismo espacio que les correspondería a las demás, por esa razón NO ESTÁN, es cierto que ante estas voces que se escucharán en MARZO será un templete muy vistoso para candidatearse, será un templete muy demandado para los escaparates, pero las mujeres y la sociedad tiene clara la ineptitud y la grotesca indiferencia con la que se conducen las exigencias de las mujeres en condiciones para la PARIDAD, para reconocer un poco de lo mucho que ha quedado en el rezago como un derecho intrínseco para un sano desarrollo de las mismas, si bien es cierto no es una garantía que sea una mujer la que responda a estas exigencias.
La realidad es que mientras se obedezca la línea a un “líder” que ha presumido su misógino actuar y machista proceder, no nos favorecerá en ningún sentido aventurarnos nuevamente en obsequiar una gubernatura a una persona que no valora la posición de la mujer en el desarrollo de sus actividades cotidianas, la sororidad de las mujeres se logra ver desde cualquier ángulo, y no, no tenemos aún en un registro por el ejecutivo en Durango a esa mujer que nos asegure acortar las brechas de desigualdad.