Martín Vivanco Lira, candidato a presidente municipal de Durango por Movimiento Ciudadano, le ha apostado a la estrategia del contraste y de la narrativa del cambio, lo cual le pudiera traer resultados alentadores en su campaña política, por lo que conviene analizar estos temas a profundidad.
Vivanco es un chavorruco altamente preparado en cuestiones jurídicas y administrativas, con experiencia probada en el servicio público así como en el medio de la academia y el análisis político, lo que lo convierte en un perfil preparado y no improvisado para desarrollar tópicos de gobernanza.
Su estrategia en sí no es mala, porque si volteamos a ver a Gonzalo, el último cargo sustantivo que realizó fue como alcalde de Durango en el trienio 1992-1995, en donde dejó un año a su entonces suplente, el Dr. Dávila Valero, porque se fue de candidato a senador de la República en la elección federal de 1994. De ahí en adelante, Gonzalo Yáñez, fue candidato dos veces a la gubernatura, ha sido diputado federal y senador de la República; no se le recuerdan iniciativas o reformas de gran alcance, solo la posición del águila en el Escudo Nacional de la bandera en nicho. Al petista siempre lo rodea el halo de la negociación de su candidatura; al menos así dejó testimonio de ello el maestro de feliz memoria, Gabino Martínez Guzmán y eso prendió la alarma en el primer círculo de Marina Vitela.
Por su parte, José Antonio Ochoa, es un producto inflado que ganó gracias a su cercanía con Jorge Salum y José Aispuro Torres; no se trata de un fenómeno electoral como en su tiempo lo fue Ismael Hernández Deras, sino que ha escalado producto del fenómeno aispurista de 2016 así como del voto duro panista en 2018. En el tiempo en que estuvo como diputado local, tampoco se le recuerdan iniciativas que hayan modificado sustancialmente y para bien el marco jurídico de la entidad, sino que solamente se dedicó a enaltecer su imagen en los medios de comunicación así como su gazapo de violencia de género en contra de Sandra Amaya.
Como podemos apreciar, el candidato naranja le apuesta más a la conciencia ciudadana, y quizá espera a que los electores luego de hacer sendas comparaciones, se vuelquenjjj a votar a su favor en las urnas este próximo 5 de junio; lamentablemente esto no le será suficiente porque los vicios de nuestro sistema electoral se prestan a que triunfa el que tiene más capacidad de movilización de votantes y compra de sufragios con despensas o dinero. Ojalá también venza esa inercia.