Nos encontramos a una semana de que concluyan las campañas electorales, para luego dar paso a la veda o periodo de reflexión y llegar a la madre de todas las batallas, el famoso ‘Día D,’ como se le conoce a la jornada electoral en el mundillo de la política partidista.
Dicen los que saben, que en esta recta de las campañas ya no conviene hacer prácticamente nada, sino afinar los detalles de la movilización de electores, confirmar la estructura de representantes de casillas pero sobretodo, no cometer errores que cuesten votos.
En este sentido, haciendo un ejercicio de contraste, la campaña más cuidada fue la de Esteban Villegas Villarreal. Sus movimientos, estrategias, tácticas y demás, las realizó con una precisión de relojero suizo.
Esteban se dedicó a recorrer la entidad, acumular el mayor número de municipios por día y ceder el proselitismo en la capital a su señora esposa, comunicando el respaldo de su familia en la campaña.
Las campañas se calentaron a raíz del posdebate, y es que Marina Vitela se encargó de alborotar el avispero al señalar que el síndico con licencia de Gómez Palacio se había vendido.
Esto provocó un río revuelto que se vio reflejado en los periódicos de circulación nacional, cuyos contenidos afectaron severamente la imagen de la candidata de Morena y si bien, los estrategas de Marina quisieron endosar la responsabilidad a Esteban Villegas, el priista no cayó en el garlito, no se enganchó, creó un staff de voceros que abordaran el tema y él siguió con su agenda, caminando como Moisés por el Mar Rojo.
Quizá le meta algo de ruido el tema del financiamiento a su tarjeta de programas para las mujeres, pero quizá este plástico les sirva para acceder a diversos beneficios como descuentos en farmacias, laboratorios y demás negocios afiliados a los organismos empresariales que se han declarado abiertamente a su favor.
Por su parte, considero que Marina Vitela le afectó contar con muchos generales en su campaña, que todos opinaban y decidían, pero con todo y eso, el respaldo que ha tenido de la dirigencia nacional de Morena y del gobierno de López Obrador, le han permitido crecer como la espuma, a pesar de los barruntos en los que se enfrentó como su inasistencia a los foros de la iniciativa privada, lo controvertido de haber llorado en rueda de prensa o de la bailarina semi desnuda en un evento de Gómez Palacio.
Por su parte, Patricia Flores, no salió de su discurso de contraste, de ataque con la intención de llamar la atención del electorado para que la voltearan a verla y creo que le funcionó, mas no convenció.
A pesar de todo, de los yerros o aciertos, de lo bueno o lo malo, la gente ya decidió; ahora solo falta ver cómo se vuelca la gente en las urnas y cómo influye la evaluación tanto al presidente de la República, gobernador y presidentes municipales.