Mañana estaremos a dos meses de haber presenciado el logro más loable desde una alianza inimaginable hace unos años, donde se acordaron los intereses partidistas con el único afán: Ser una OPOSICIÓN, pero la pregunta que nos reformulamos hoy: ¿oposición para quién? ¿qué se ha hecho por la ciudadanía? ¿qué se puede presumir desde los partidos o desde el propio gobierno estatal? ¿si escucharon a la ciudadanía durante la campaña? ¿qué ofrecerán?
Se pudiera replantear si se contempla una inclusión si se valorara los intereses civiles de las personas, pero esto recurredesde el dejar a un lado las creencias muy personales a lograr trabajar desde un quehacer legislativo, pero no, no fue ese el planteamiento, porque eso se postuló el año anterior con el proceso de selección de esta legislatura. Nos debemos ubicar en conocer o reconocer a los ediles que nos estarán “representando” en lo local y por supuesto los ejecutivos en los otros dos niveles.
La podredumbre partidista deja ver lo que son las personas, sus intereses más mezquinos, nos evidenciaron los “fuertes de la oposición” que no son diferentes a lo que se muestra en la ALIANZA, se entorpecen entre ellos mismos y eso no es más lo que siempre se vivirá en todos los partidos, ninguno es mejor que el otro, porque no olvidemos el penoso suceso de Gerardo Villarreal cuando sometió a una minoría para lograr sus objetivos, no podríamos olvidar el berrinche del aspirante a la gubernatura por el PAN, las amenazas de un Luis Enrique si no era él el ungido, el Omar Castañeda evidenciando la inmensa corrupción en Gómez Palacio, los descalabros entre los lerdenses para vender el poder al grupo turista, pero eso no es de extrañarse cuando vemos a los propios integrantes de las planillas impugnarse unos a otros por mantener ese poder político y económico, pero ¿y los ciudadanos? ¿y la militancias de sus propias bases (sin mezclar las cúpulas)? ¿la inclusión? ¿el respeto? Los ciudadanos merecemos una clase de políticos con un nivel más de decoro por las funciones, o sea la competitividad y el quehacer político. Es lamentable ver a una Salomé Elyd, la panista que ha estado en repetidas boletas y que ha ostentado los cargos por la suerte de las plurinominales o de la suplencia pero, ¿para qué insiste en permanecer en la política lerdensecuando cambió su residencia a la ciudad de Torreón, Coahuiladesde hace años? (sus cercanos lo saben, ¿para qué engañar con un documento? lo mismo fue con Betzabé la candidata de Morena en Gómez Palacio) Es una mujer con las mismas oportunidades que merece cualquier otro ciudadano. Los panistas, como priístas y perredistas deben permanecer con las puertas abiertas a los intereses de los ciudadanos que sean gustosos y que sus intereses sea el integrarse a una militancia activa de la victoriosa alianza para generar los cambios que merecemos TODOS.
Despertaremos las conciencias y moveremos las voluntades para generar un mejor núcleo social; sin fobias, sin odios, con respeto por las diferencias del clero, las mismas y propias diferencias políticas, con la resiliencia que a muchos se les haría imposible lograr.