Durante su campaña, el actual presiente municipal de la capital duranguense, Jorge Salum del Palacio, hizo solo una clara promesa, una administración que lograra que Durango avance. En su Plan «Durango Avanza 2019 – 2022», declaró que “estoy listo, si ustedes lo deciden, para avanzar juntos por el municipio que merecemos” y dejó claro que no ofrecería espejitos ni sería un candidato de esos que todo prometen en campaña. En este Plan, habló de cuatro ejes rectores: Desarrollo Económico sostenible, Seguridad, Medio Ambiente y Bienestar Social.
No se podía pensar en desarrollo sin poner orden, primero, en las finanzas públicas, un tema que desde el inicio de su administración jugó en contra, con los pésimos manejos del gobierno anterior, que dejó, intencionalmente, deudas impagables a proveedores, que han sido saldadas; una deuda escandalosa en el sistema de Aguas del Municipio, que le costó al propio organismo descentralizado tener la permanente amenaza de corte de energía eléctrica, dejando sin energía las oficinas centrales, pero que significaba poner en entredicho la operación de los pozos de extracción y, con ello, dejar sin agua, prácticamente, al municipio entero, pero que gracias a un manejo responsable de los recursos permitió que el trabajo de la administración, en materia de agua potable, alcantarillado y saneamiento, sobresaliera, con la renovación de más de media docena de líneas de agua potable, la construcción y culminación de los colectores pluviales y la limpieza y mantenimiento que se le ha dado a las lagunas de sedimentación de las plantas tratadoras de aguas residuales; un contrato leonino que comprometía las finanzas municipales por más de mil millones de pesos, por concepto de renovación de las luminarias del alumbrado público, lo que fue revertido causando un ahorro de más de 800 millones gracias a una renegociación que, además, logró incrementar el número de lámparas entregadas por la empresa contratada, lo que permitió avanzar en el tema de alumbrado público que hoy está en el 99 por ciento del territorio y que, por si fuera poco, fue liquidado en esta administración. Además, a estos factores, se le debe agregar los recortes presupuestales producto de la desaparición de fondos y fideicomisos federales, como FORTASEG y FORTAMUN, así como el incumplimiento en la entrega de las participaciones federales por parte del Gobierno del Estado.
En infraestructura urbana, a pesar de que Obras Públicas no encontró inventario de material ni equipo para siquiera tapar los baches, hoy adquirieron maquinaria por unos 76 millones de pesos, que ha ido dando nota, poco a poco, de un avance sostenido y, para beneplácito de quienes habrán de hacer relevo, también ha sido liquidada; aunado a la construcción de calles de pavimento hidráulico, pozos de absorción y la renovación de las más de 50 unidades deportivas que tiene la ciudad. Sumado al tema de medio ambiente, se sembraron árboles y tumbaron ladrilleras como no se había visto, además de que se inició con sistemas de riego automatizado con aguas tratadas. Se llevó agua potable a muchas comunidades que no la recibían y se apoyó al campo en una prolongada sequía que afectó la producción agrícola y ganadera.
La seguridad es un tema que tuvo un cambio notable, incluso en la percepción ciudadana, no solo por la presencia y reforzamiento policial con la adquisición de patrullas, sino la mejora de los señalamientos viales y programas de participación social, así como de prevención de la violencia contra las mujeres. Además, se dejó de dar prebendas a los líderes sociales y se hizo llegar los apoyos de manera directa a grupos vulnerables, con logros palpables en materia de transparencia.
En fin, luego de estos tres años y previo al informe detallado que Jorge Salum hará ante el Cabildo y la sociedad, me parece que podemos dar por cumplida la promesa que hizo en campaña de hacer que Durango avance y dejar el ayuntamiento varios pasos adelante, para que quienes lleguen tengan mejores condiciones al inicio y, con ello, brindar más y mejores resultados.