Cuando concluyó el sexenio de Felipe Calderón, el Partido Acción Nacional terminó en tercera posición nacional, de acuerdo a los resultados que se dieron en la elección presidencial del 2012, donde apenas obtuvo el 25 por ciento de los votos. 

Luego de la caída, la dispersión: los simpatizantes y militantes que el PAN se había allegado gracias al triunfo del 2000, desertaron de las filas azules, cual ratas saltando de un barco que se hundía. 

Muera el rey, viva el rey: A pesar de ser un partido de profundas convicciones, de nobleza, humanista y con férreos pilares fundacionales que son parte de una doctrina vertical perfectamente estructurada, los advenedizos que llegaron simulando abrazar estos mismos principios, salieron por piernas al saber que ya no estaban en el bando ganador, y motivados por la ambición, cambiaron fácilmente al color que les convenía. 

Así pues, es fácil prever que en Durango, tal como sucedió en el 2012 al término del periodo presidencial de Felipe Calderón, cuando finalice la actual administración estatal, muchos simuladores se alejarán de los colores blanquiazules con los que dijeron coincidir, e intentarán vestir (algunos nuevamente), los colores tricolor a los que antes dieron la espalda. 

La calma antes de la tempestad: Tras los resultados electorales, Acción Nacional en Durango enfrenta hoy una de sus más grandes crisis. Así como en las presidenciales del 2012, en esta entidad el PAN es actualmente tercera fuerza, lo que es síntoma de una próxima agonía, una vez que ya no sea azul la silla gubernamental. 

 

Ante esto, muchos panistas han expresado fuerte y quedito que la dirigencia de Verónica Pérez ha sido un estruendoso fracaso, tal como lo muestran los números electorales y los municipios perdidos. Sin embargo, a pesar de los señalamientos, Verónica se aferra a un Comité Estatal vació y con esto, hunde más a un deteriorado partido. 

Por lo pronto, en contraste, podemos decir que a diferencia de la administración municipal de Jorge Salum, quien incluyó muchísimos perfiles priístas, sobre todo de la administración 2004-2007 de Jorge Herrera Delgado, el hoy Secretario del Ayuntamiento de Durango sea Bonifacio Herrera, ex presidente del CDE PAN y cuya presencia aplauden los panistas de verdad, ya que su sola presencia es perfecto contrapeso al avasallante número de priístas que tendrá la actual administración, presencia que ganaron legítimamente, pues gracias al arrollador voto del PRI hoy Antonio Ochoa es alcalde. 

Pretexto de muchos, consuelo de tontos: A menos de 10 días que termine la actual gubernatura, el PAN está llamado a replantearse su lugar en Durango. Vendrá, sí, una desbandada, el partido quedará solitario y huérfano, por lo que ante la carencia de líderes legítimos, serán llamados aquellos que aún podrían tener alguna solvencia moral. 

Hoy no se pueden consolar con los escasos perfiles que tienen en cargos públicos, pues ni son los mejores perfiles, y es altamente probable que le den la espalda a Acción Nacional (un Carlos Maturino o Javier Castrellón), por ello sería hasta benéfico, que comiencen a importar perfiles blanquiazules, pues a los endémicos no les alcanza para reagruparse. 

En Durango, Acción Nacional sufre los estragos de la improvisación, la división de militantes y la filtración de perfiles que solo buscaron el beneficio propio. Hoy pagan caro la soberbia de creer que los triunfos se dan por el pensamiento mágico de la voluntad y el olvidar la complejidad política de México y el terruño. 

Ojalá rectifiquen el rumbo.