Para todos es evidente que el líder político y moral del PRI en Durango, se llama Esteban Villegas; no solo por ser el gobernador del Estado, sino porque, incluso antes de ser designado como candidato formalmente por la alianza «Va Por Durango» que encabezó en 2022, Esteban tenía una influencia política clara, dentro y fuera de su partido. Me atrevo a decir que su liderazgo alcanzó ese nivel desde que, como diputado, fue presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado, en el 2019.
Este domingo, con la renovación de las dirigencias municipales, así como las de los sectores y organizaciones, que llevan el fierro de herrar del mandatario, la era “Estebanista” del PRI en Durango se fortaleció, dejando claro que, todo el poder tricolor, le pertenece, así como la influencia total en los partidos que le acompañan dentro de su gobierno de coalición.
Generoso, con un gran oficio político y una admirable humildad, dio su lugar a todos en el evento. Reconoció a los exgobernadores su trabajo, a los dirigentes priistas que a lo largo de muchos años han construido una estructura sólida y que, hasta en aquellos momentos que seguramente muchos querrán enterrar en el olvido, estuvieron ahí, para fajarse ante una ineludible realidad. Rodeado del priismo de todo el estado, con la presencia de liderazgos nacionales, como el propio Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del partido; luego de un evento de expresiones concisas, Esteban se tomó su tiempo para recorrer, saludar, empaparse de sus compañeros priistas y dejarle, a cada uno de ellos, un detalle de amistad, de cercanía y presencia, como lo deben hacer los buenos líderes.
En su mensaje, sobrio, tenaz y orgulloso pero muy modesto, reconociendo que la soberbia del pasado los llevó a la sombra, y dando un claro mensaje para su partido: es hora de volver a las calles, a gestionar, a atender los problemas de la gente. Cero triunfalismos, porque aquí no se ha ganado nada, pues es consciente de su compromiso con los duranguenses y de que, a pesar que ha sido el único priista que ha ganado una gubernatura desde el 2018, es momento de cumplir todos y cada uno de los compromisos de campaña; sin prisas pero con urgencia. “La gente puede olvidar lo que hacemos desde el gobierno, pero nunca va a olvidar cómo los tratamos”, una consigna para todos los que sepan escuchar.
En los nuevos nombramientos, caras frescas, con toda una carrera por delante, pero con toda la responsabilidad de pasar de las palabras a la acción, como le gusta al de San Juan del Río. Destacan las figuras de Gaby Hernández López en el ONMPRI, Ariel Maa López en la CNOP, José Ángel Beltrán Félix en la CNC, Oskar Marcos Velázquez Corral en el MT y José Eduardo Rodríguez Herrera en el IRH; cada uno, con buen camino recorrido, con el gran reto de hacer política distinta, honesta, adaptable a las nuevas realidades de la sociedad y de su partido, pero, sobre todo, política basada en ideales reales y leales.
Esteban es hoy el líder político del PRI en Durango, pero es además un liderazgo de talla nacional, pues será uno de los no más de tres gobernadores que pueda tener ese partido frente al proceso electoral de 2024, que renovará la presidencia de la República. En nuestra entidad, ya dijo que, sin triunfalismos ni soberbia, pero van por todo; dos senadurías, cuatro diputaciones federales y quince distritos locales, por lo que, seguramente, habrá de perseguir mejorar los indicadores de su gobierno, no obstante que temas como seguridad, salud, educación, turismo y deporte, han dejado notar un trabajo que ya va nivelando el barco, y hasta se podría decir que ha dado resultados. A esperar que su gente y su partido, le acate el mensaje, honre la distinción y trabaje con el mismo nivel de compromiso, que les está poniendo la vara, bastante alta.