El Giocondo

Durango, oposición estratégica e inteligente.

por Alejandro Flores de la Parra 5 junio, 2024 | Hace 4 meses

El resultado de la elección presidencial es inobjetable, Claudia Sheinbaum logró casi 35 millones de votos, una relación de 2 a 1 sobre su principal adversaria, Xóchitl Gálvez, a quien por más que los partidos de Fuerza y Corazón por México, intentaron vender como una candidata ciudadana, llegando por un proceso que fingió tomar en cuenta la opinión pública, pero que nunca obtuvo un verdadero apoyo de la ciudadanía, no al menos, de aquella que salió a votar el pasado domingo.

Claudia Sheinbaum será la primera mujer presidenta de México, lo que la convierte en un hecho histórico, aunado al número de votos obtenido en las urnas. Tendrá, además, lo que ningún presidente tuvo desde la caída de aquel hegemónico PRI que se llevaba los ‘carros completos´, una mayoría abrumadora en las Cámaras, lo que le permitirá que su gobierno tenga el poder de hacer e incluso deshacer lo que quiera. Podrá, si así lo desea, reescribir la Constitución Política, justo doscientos años después de que entrara en vigor la primera. Esto no solo le da todo el poder, sino toda la responsabilidad, porque no podrá culpar a los conservadores ni a los adversarios de no permitir que avanzaran las reformas necesarias para consolidar su gobierno o su proyecto de nación. Nada ni nadie podrá detenerla, algo que puede ser tan peligroso como provechoso, según sus intenciones.

En Durango, el alud morenista tuvo contención, pues a pesar de que ese partido se llevó el triunfo de su fórmula al Senado y ganó tres de los cuatro distritos federales para la representación en la Cámara de Diputados, a diferencia del 2018, donde se hablaba de un tsunami, en aquella ocasión se llevaron todo, pues ganaron también 13 de los 15 distritos locales. En esta ocasión, la alianza del PAN, PRI y PRD, aseguraron uno de los cuatro distritos federales, y hasta el momento todo indica que tendrán 7 de los 15 locales,incluyendo los 6 distritos de la capital y tomando en cuenta que el distrito 13 local aún está en vilo, pues la diferencia entre las candidatas de Morena/Verde y PAN/PRI/PRD, es apenas de 7 votos, por lo que los números de las mayorías en el Congreso Local podrían moverse.

A diferencia del 2018, el gobernador actual sí jugó un papel determinante, ya que no solo los resultados fueron más favorables que hace seis años, sino que, además, aún fuera de los partidos de su coalición, hay posiciones que podrán tener un rol de aliados más que de contrapeso, al contar con una excelente relación con la reelecta diputada Sandra Amaya, quien además ha demostrado ser un perfil de gran liderazgo dentro de su partido en el Legislativo, siendo la primer mujer que ha presidido la Junta de Gobierno y Coordinación Política en tres ocasiones distintas en su paso por las dos Legislaturas anteriores. Además, en el orden federal, también cuenta con una estrecha relación con Gerardo Villarreal, quien será diputado federal y que podrá jugar un papel importante para fungir como un puente con la Federación, no solo por sus influencias en el Partido Verde nacional, que salió muy fortalecido de la elección, sino como portavoz de los proyectos que Durango requiere impulsar, ante la nueva presidenta de la República.

Además, el Ejecutivo estatal ha mostrado que con voluntad política se pueden tejer redes más fuertes que con una inerte y mal encausada oposición, pues la política debe hacerse buscando el beneficio para la entidad, antes de ‘ponerse con Sansón a las patadas’ por un posicionamiento político, que jamás solucionará los problemas de ninguna administración pública.

En fin, es Claudia la presidenta y Durango deberá seguir siendo un aliado de quien, desde el poder, tenga la posibilidad de palomear los proyectos estratégicos que se han trazado para la entidad, y que poco a poco se han cristalizado con la llegada de nuevas inversiones, siendo una oposición estratégica e inteligente. Que sea, por el bien de todos.

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