El éxito del Festival de la Ciudad “Ricardo Castro” 2023, sin duda, tendrá que ser atribuido a la visión que el alcalde Toño Ochoa le ha puesto para revivir uno de los encuentros culturales más importantes de nuestra ciudad; a ello le podremos sumar un par de factores más, como la buena relación y entendimiento que ha tenido la titular del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC), tanto con artistas, artesanos y con la coordinación que ha logrado con el Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), que encabeza Francisco Javier Pérez Meza; además, el dinamismo y presencia que ha tenido el regidor Toño Morales Guzmán, quien preside las comisiones de Turismo y Fomento Cultural en el Ayuntamiento capitalino.
Sin embargo, a quien le correspondería de llevar el altavoz, es a la Dirección Municipal de Promoción Turística que dirige Elvira Silerio Díaz, y que sus acciones han sido inconsistentes y enfocadas más a colgarse de los temas que se manejan a nivel estatal, que a hacer la promoción regional que le corresponde, pues ni siquiera la vimos presente en las ruedas de prensa para promover el Festival en ciudades aledañas como Torreón y Mazatlán, mismas que, por cierto, fueron organizadas por el estado. Recordemos que el Festival se movió para coincidir con las vacaciones de Semana Santa desde la administración del hoy gobernador Esteban Villegas para darle impulso a la recepción de turistas y, por ende, a la economía local; entonces, se realizaban campañas de promoción y activaciones, de mano de los medios de comunicación, la industria turística y hasta con el apoyo y participación de gobiernos de ciudades como Culiacán, Mazatlán, Torreón, Chihuahua, Saltillo, entre otras. Esta vez, le faltó visión a la funcionaria municipal.
Por poner otro ejemplo, se supo que, en el pasado Festival Internacional de Turismo, realizado en Madrid, España, a inicios de este año, acudió la directora con su personal, realizando un gasto de alrededor de 200 mil pesos, actividad de la cual no existe registro en redes sociales o en comunicados oficiales, ni del evento ni de los resultados obtenidos, lo que hiciera pensar que se realizó casi a escondidas o con el solo objetivo de pasearse por los Madriles. A dicho festival, la Secretaría de Turismo estatal prefirió no asistir para mejor invertir una cantidad de dinero como esa, en actividades como las “caravanas turísticas”, que realizaron en marzo pasado en CDMX, Culiacán y Mazatlán, que son más efectivas y que permitieron impulsar la promoción más inmediata del turismo nacional para conocer nuestro estado y que se vio reflejado en visitas efectivas de turistas a municipios como Canatlán, San Juan del Río, Nombre de Dios y Mapimí, los dos últimos catalogados como ‘Pueblos Mágicos’.
En el pasado Tianguis Turístico, en México, fue la misma situación; mientras la administración estatal se llevó en autobús a operadores turísticos, comerciantes, artesanos, hoteleros y hasta el elenco de Villas del Oeste y el icónico Pancho Villa, lo que por cierto generó unas 200 citas en favor de la entidad; la directora de Promoción Turística se llevó a tres colaboradores y gastó casi lo mismo en viáticos, pues pagaron vuelo redondo, sin que se haya manifestado algún logro tangible.
Además, hoy se ha hablado más de su participación en la administración estatal pasada, con la denuncia que hizo en medios sobre los malos manejos del exsecretario Eleazar Gamboa de la Parra, misma que dijo haber presentado formalmente ante la Fiscalía Anticorrupción, pero que no pudo ser constatado con esa instancia de procuración de justicia, pues no existe ninguna carpeta de investigación al respecto, por lo que eso de que habría dado a conocer las irregularidades administrativas (que seguramente hubo), es totalmente falso. Así que no solo no denunció los malos manejos de los que dice haber sido testigo, sino que, junto a Eleazar Gamboa como subsecretaria en la administración de José Rosas Aispuro, tampoco hizo nada para evitar o denunciar el deterioro de espacios como las Ferias, Paseos Turísticos y el Museo Bebeleche, que dependían directamente del área a su cargo, o sobre el mal manejo de la FENADU y las condiciones en que se encuentran las instalaciones.
Lo mismo pasa con Rafael Sarmiento Aguirre, el autodenominado presidente de la Organización de Operadores Turísticos, de la que no se encuentra ningún registro o acta constitutiva y quien ni siquiera está registrado como operador turístico en el estado; este personaje se sumó a la denuncia mediática de Silerio Díaz, por los malos manejos de Gamboa de la Parra, pero quien durante esa administración, siendo subsecretario de Turismo, se vio beneficiado con recursos públicos para su centro turístico “Otinapa Sierra Camps”, a inicios de la gestión Aispurista, caso que llegó hasta la Contraloría del Estado, pero con la anuencia de la omisa contralora, Raquel Leyla Arreola Fallad, quien además cobraba como maestra de la secundaria técnica #19 mientras era funcionaria, y la influencia de su padre, quien terminó como secretario de Comunicaciones y Obras Públicas de esa misma administración, el caso fue enterrado entre las cientos de denuncias que se dieron a lo largo del sexenio.
En fin, ojalá la funcionaria, si así se decide que siga siendo, tenga la iniciativa y la visión de trabajar más en una efectiva promoción de nuestro municipio, pues no puede recaer esta responsabilidad directamente en el alcalde, por más que lo esté haciendo bien; ni mucho menos en las Comisiones del Ayuntamiento o en los propios regidores, por más activos que sean; o peor aún, no puede seguir esperando a colgarse al trabajo que ahora sí se hace desde una Secretaría estatal, para echarse a la hamaca y perpetuarse en un rubro del que, hasta hoy, solo ha sido un parásito político.