De manera sigilosa fueron llegando uno a uno al viejo caserón jesuítico. El reloj de sol apenas marcaba el ocaso del día.
Los adictos a Rubén Solís Ríos, fueron convocados vía mensaje secreto de Telegram por Chuyito. “El jefe nos quiere ver, nos espera en el despacho de rectoría a las 8pm. No Comente con nadie, se van a tratar temas de alto nivel”.
Cuando llegaron, el rector ya estaba sentado en su escritorio. Portaba solo camisa con corbata negra medio desanudada, su cabellera como siempre, alborotada y los lentes de Gepetto a mitad de la nariz
No les dio tiempo de sentarse, sin más les disparó a quemarropa:
Todos voltearon a ver a Chuyito, su incondicional, sus bonos subieron cuando pudo imponer como líder sindical a Cosaín, mas de pronto la voz ya cansina del viejo capitán de la nave universitaria volvió a sonar:
Así fue como se decidió Rubén por su sucesor, se olvida que él llegó a la rectoría gracias a una voz misteriosa que alineó a todos los aspirantes y directores, de modo que la historia podría volver a repetirse.