La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, presentó este jueves a seis integrantes más de su próximo Gabinete Legal, que se suman a Rogelio Ramírez de la O, quien será ratificado como secretario de Hacienda y que había sido anunciado apenas días después de confirmado su contundente triunfo. Tres hombres y tres mujeres, así, con gran paridad, con sobriedad en su mensaje, con personajes de renombre en su área de conocimiento y algunos que ya colaboraron con ella en el desempeño de su gobierno en la CDMX. Lo anterior, seguramente le mandará un mensaje a los mercados internacionales, pero más allá de ello y de la efectividad que ese mensaje tenga sobre la estabilidad, a quienes nos debe de tranquilizar es a los ciudadanos, pues no parece que se esté tomando a la ligera la elección de las mujeres y hombres que le acompañarán en el arranque de su mandato.

En primer lugar, quizá sin ser sorpresa como tal la incorporación de Marcelo Ebrard, sí llamó la atención que nombrara al que fuera su principal contrincante en la selección interna de Morena a la candidatura presidencial, como secretario de Economía. Lo sorpresivo es que quizá se le vinculaba más a temas de Relaciones Exteriores por su perfil de Relaciones Internacionales, egresado del Colegio de México; incluso habría sido un perfil que para muchos pudo ser considerado para Gobernación, por su capacidad probada y trayectoria como jefe de gobierno, secretario de Seguridad Pública, secretario general de gobierno y un buen número de cargos desempeñados a lo largo de 30 años de carrera; sin embargo, su nombramiento calmará a muchos que se encontraban inquietos en los temas empresariales, pues tiene un carácter conciliador, difícilmente actúa de forma visceral y, seguramente, tendrá una visión muy acorde a las políticas públicas que desea implementar la próxima presidenta de México. En mi opinión, un nombramiento muy atinado.

Alicia Bárcena Ibarra, la actual secretaria de Relaciones Exteriores, será la titular de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Posee un currículum envidiable de más de 50 años en donde ha desempeñado cargos en la ONU, ha sido embajadora, secretaria de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y algunos cargos como subsecretaria de Ecología, directora del Instituto Nacional de Pesca y cuenta con estudios de Licenciatura en Biología, maestrías en Ecología (UNAM), en administración pública (Harvard) y tres doctorados Honoris Causa (Oslo, Habana y UNAM). En fin, no se trata de ningún nombramiento improvisado y tal parece que la presidenta electa quiere que, quienes estén al frente de las dependencias, tengan dominio del tema y una capacidad probada en el área, para enfrentar la crisis del agua, la contaminación y destrucción ambiental.

Hablando de experiencia y capacidad probada, Juan Ramón de la Fuente, quien ha sido secretario de Salud, rector de la máxima casa de estudios, la UNAM y que hasta el año pasado representaba a México ante la Organización de las Naciones Unidas durante este sexenio, será el encargado de las Relaciones Exteriores. Cuánta confianza le tiene Sheinbaum, pues nada menos que el haberle encargado la coordinación de los Diálogos para la Transformación durante su campaña y ser hoy el responsable de los trabajos de transición entre los gobiernos saliente y entrante. Seguramente su nombramiento también dará un respiro y tranquilidad a nuestros socios comerciales, políticos y culturales a nivel internacional.

Cuando todo mundo vio llegar a Rosaura Ruiz Gutiérrez, muchos imaginaron su nombramiento como secretaria de Educación; y bueno, no es que estuvieran errados, pero si este nuevo gobierno va a imprimir su sello en lo académico, se nota que va con todo, y no es de sorprender, siendo que Sheinbaum es una destacada investigadora y mujer de la academia. Pues Ruiz Gutiérrez se hará cargo de una nueva secretaría, la de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, algo que habrá despertado el júbilo de la comunidad científica.

Otro nombramiento que llamó la atención, fue el de Ernestina Godoy, a quien quizá podríamos haber apostado sería la nueva Fiscal General de la República; sin embargo, en lo personal me parece que, con lo aprendido con Alejandro Gertz Manero y lo que pasa cuando la víscera le gana a la razón, me parece que ponerla en la Consejería Jurídica de la Presidencia, podría sacar lo mejor de ella, lejos de la polémica y la presión que siempre supone la impartición de justicia en un país en el que, además, se pretende reformar el Poder Judicial, antes de evaluar la eficiencia del desempeño de las fiscalías. Con el perdón de la expresión, pero a veces es mejor tener en el jardín de atrás a tu perro más bravo, para que no se encandile con quien vaya pasando y pueda cuidar bien lo que pase al interior de la casa.

Por último, uno de los pendientes de la actual administración y un tema en el que francamente quedó a deber, pues no hubo avances significativos, tomando en cuenta que al inicio se hablaba de lograr la autosuficiencia alimentaria desde el enfoque agrícola; Julio Berdegué Sacristán estará el frente de Agricultura, no solo docto y experimentado en temas agrícolas, sino además con la experiencia internacional de haber sido subdirector general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), y asesor de diversos países de Latino América en estos temas¸ una muestra más de que la presidenta busca armar un equipo de expertos que le sigan el ritmo y que, si los deja trabajar, podrían dar muy buenos resultados.

Fuera de toda polémica y grilla política, ojalá que estos nombramientos y los que vienen, tengan como característica principal, ser factor para acelerar el desarrollo de los distintos y diversos temas en los que nuestro país requiere el máximo esfuerzo y sentido de urgencia para entregar resultados tangibles y no solo otros datos, pues así comienza el legado de la primera presidenta en nuestro país y, por el bien de todos, esperamos que sea la mejor de la historia.