Mañana comienza la gestación de un proyecto eminentemente panista rumbo a la gubernatura de 2028. Se trata de José Antonio Ochoa Rodríguez, nuevo presidente municipal de Durango, quien tiene la mira puesta en trascender hasta el gobierno del estado.
Si Toño Ochoa no se equivoca, no comete errores aconsejando por la soberbia y no se rodea de profetas de corte que le obnubilen el razonamiento con bocanadas de incienso, puede emprender su proyecto con alto respaldo político y social.
Efectivamente, Ochoa, representa la reivindicación del PAN en Durango, que desde el agotamiento de la figura de Rodolfo Elizondo, no ha podido salir un cuadro emergente que tenga un fuerte liderazgo al interior del blanquiazul.
Esto provocó que desde 2004, Acción Nacional, no haya podido tener candidatos propios a la gubernatura. Recordemos que desde ese año, la cúpula panista esperaba a Ismael Hernández como candidato ante la intentona de Guerrero Mier de imponer a Carlos Herrera como abanderado del PRI y para evitar ese escenario, don Ángel Sergio dejó correr las aguas en aras de evitar que el tricolor perdiera el gobierno y en consecuencia, el blanquiazul tuvo que sacar como candidato emergente a Andrés Galván.
Posteriormente, tanto en 2010 como en 2016, el PAN hizo suyo al priísta José Rosas Aispuro Torres, decisión que hoy sus militantes de han de lamentar profundamente porque traicionó el espíritu del cambio político que siempre anhelaron los panistas, dado que encabezó el peor gobierno de la historia política de Durango y peor aún, que ante su indecisión permanente, no haya logrado concebir un proyecto panista, queriendo fabricar un candidato al cuarto para las doce como lo fue Héctor Flores y nuevamente, el panismo tuvo que adoptar a un priista en la persona de Esteban Villegas, quien al final supo ganarse la simpatía del panismo duranguense.
Por todo lo anteriormente expuesto, Toño Ochoa, representa la identidad panista y tiene todo para llegar a la sucesión gubernamental; cuenta con un grupo sólido donde confluyen Gina Campuzano, Leticia Herrera, Bonifacio Herrera, entre otros.
Dependiendo de su trabajo en la capital, su pericia en comunicarlo, en hacer alianzas y no cometer errores como dejar hacer y dejar pasar como el alcalde saliente; o bien, dejarse llevar por las ansias de poder como el antecesor de Salum, su proyecto puede consolidarse o fracasar.
Muchos dirán que es prematuro pensar en la próxima sucesión, que falta mucho, que la vida no se tiene asegurada ni escriturada por sexenios, pero queda claro que los políticos piensan más en las próximas elecciones y no en las futuras generaciones.