Decía Luis Spota que la memoria es el arma más poderosa que pueden tener los hombres de poder, solo que muy pocos saben usarla correctamente.
Traigo esta frase a colación porque, sin lugar a dudas, Esteban Villegas Villarreal, realizará sendos ejercicios memorísticos donde los dos hemisferios de su cerebro le dictarán decisiones trascendentales.
Y es que a Esteban le tocó vivir situaciones peculiares en los últimos seis años, tales como traiciones, falsos apoyos y abandono total cuando conoció la derrota; para ahora pasar a las abrumadoras felicitaciones, personas rondando su casa, mensajes, llamadas y demás zalamerías para quien ejercerá el poder en los próximos seis años.
En este tiempo, el gobernador electo, deberá estar haciendo ejercicios de memoria de no solo quién lo apoyó decididamente en esta campaña en la que se convirtió en gobernador por el voto popular, sino en todo el proceso que vivió para hacerse de la candidatura. ¿Quiénes lo apoyaron desde el inicio que manifestó sus aspiraciones? ¿Quiénes le pusieron piedras en el camino o atacaron sus pretensiones de llegar a la gubernatura? ¿Quiénes se desaparecieron en plena campaña y reaparecieron cuando el triunfo fue suyo? ¿Quiénes fingieron demencia durante el proselitismo y simularon que lo apoyaban?
Quizá Esteban apunte en una libretita los nombres de las personas que creía íntimos y que al final se fueron a Morena o bien, de aquellos que jugaron a dos bandos como en la elección de hace seis años.
Pero todo lo anteriormente expuesto, es parte de los juegos de la política, en la cual siempre triunfa en que resiste y aguanta más, de manera imperturbable como una roca y en eso, Esteban nunca perdió el talante. Su hermetismo de ahora, comunica que su gobierno tendrá carácter, perfil y decisión. Como el primer mensaje que mandó con la composición de su equipo que participará en la recepción de la catastrófica administración que le entregará Rosas Aispuro, son quienes se la jugaron siempre por su causa y sus amigos que lo acompañan desde las lides universitarias.
Luego de toda esa ejercitación de la memoria, es en donde el gobernador electo, determinará cómo usarla, si correctamente o de manera perjudicial porque como diría don Edgar Burciaga: al poder se llega con los amigos; pero se gobierna con los enemigos.