Marina Vitela ha tomado la narrativa lopezobradoriana en su discurso de campaña. Sus intervenciones públicas giran en torno a los dogmas amlianos de no robar, no mentir y no traicionar.
Yo opino que le falta agregar que no debe haber un gobierno rico y un pueblo pobre, porque si bien nuestro estado es comparado con Chiapas por sus elevados niveles de marginación, su clase política es inmensamente rica y en cambio, el grueso de su población sumida en la pobreza. Por ello es que Marina debe retomar la aplicación de la austeridad Republicana en Durango, en donde todos los políticos terminan de empresarios, franquiciantes, terratenientes e inversionistas en las bolsas de valores; mientras que el pueblo sigue más pobre y atrasado.
Sin embargo, esta congruencia no sólo es en el decir sino también en el hacer, y traigo esto a colación por su determinación de no acudir a un foro organizado por el Consejo Coordinador Empresarial, el cual se convirtió en una especie de club de Jaime Mijares Salum, que buscan acomodarse en todos los gobiernos para obtener jugosas prebendas, privilegios y hasta puestos políticos.
Ha sido este club, que al margen de todos los beneficios obtenidos como el famoso Sedecogate, por citar alguno, quienes de manera sistemática ha atacado las políticas del Presidente de la República y por lo tanto, no sólo era ocioso por parte de la candidata de Morena acudir a su foro, porque demostrado está la inclinación panista de este organismo y además, no tienen definido su voto por ella por su inclinación anti AMLO; no hay que olvidar que integrantes de ese club mijarista, fomentan el frente de Gilberto Lozano.
Por eso y más, Marina Vitela fue congruente al no acudir con los neoliberales y conservadores que se han dedicado a atacar a López Obrador, a quien le interesan primero los pobres y no los hambreadores rapaces.