Jorge Alejandro Salum del Palacio pudo haber sido un excelente gobernante de la capital del estado, pues se trataba de un político bien intencionado, modesto, con ideas frescas que lo hacían distinto de todo el grueso de la clase política local.
El alcalde saliente, llegó al poder municipal con amplias expectativas, luego de vencer a José Ramón Enríquez Herrera, quien pretendía reelegirse usando la nómina y el personal administrativo para mantenerse en la Presidencia Municipal, con lo cual podría fincarle responsabilidades.
Salum tuvo todo para posicionarse rumbo a la gubernatura o destinos superiores, pero nunca fue su interés en su afán de ser diferente a los demás políticos; al menos eso quiso hacer creer, pero yo digo que fue cierto y les comento por qué:
En primer lugar, el jefe de la comuna nunca quiso hacerse de un buen equipo de asesores y operadores políticos que le ayudaran a evitar crisis y a preparar acciones de contingencia cuando éstas aparecieran.
Me llamó la atención, que Salum resucitara al equipo del finado Jorge Herrera Delgado y era entendible porque aquél fue regidor en el Ayuntamiento que presidiera el caballero de la política. Recuerdo que en alguna ocasión le comenté que si estaba reincorporando a los seguidores del ingeniero, le hacían falta personales como Emiliano Hernández Camargo, Guillermo Adame y Homar Cano para que le ayudaran a la operación política. Tengo muy presente que me respondió que no le interesaba tener operadores, porque eso implicaba la compra de conciencias, la entrega de prebendas y canonjías a líderes sociales, dado que a él le interesaba hacer las cosas diferentes y quizá por eso él enfrentaba personalmente las crisis que le provocaban sus colaboradores, como las de Antonio Bracho y Meño de la Peña.
En igualdad de circunstancias, está en el tema de su comunicación gubernamental, pues nunca supo posicionar las obras de su gobierno, su política de austeridad y su gestión pública; únicamente se concretó a los tradicionales boletines y cápsulas informativas, pero descuidó aspectos de comunicación política, pues como decía don Vladimir Galeana: “lo que no se comunica, no existe”. Por ejemplo, lo único que se conoció fue lo de medio ambiente y fue gracias a que su entonces director, Francisco Franco Soler, es un diestro en la comunicación digital y convencional, por eso brilló su gobierno en el tema ambientalista.
Sin embargo, a pesar de todo, Salum del Palacio salió bien librado, no hay que dejar de lado que la situación financiera del Municipio no es la mejor y tuvo que sujetarse a pocos recursos. Jorge es un político con mucha suerte, de manera que no nos extrañe verlo como dirigente estatal del PAN; como candidato a senador o diputado en 2024 o en el equipo de Esteban Villegas. Su carácter parsimonioso lo ayudará a transitar y mantenerse vigente en la política duranguense.