Esta sucesión gubernamental será un hito en la historia política de Durango, no solamente porque fue la primera en que el gobernador en turno jamás se preocupó ni ocupó por crear cuadros sucesorios, sino porque representa la purga la clase política porque en esta elección muchos de los cuadros que vienen figurando desde hace por lo menos 30 años, se extinguirán después del primer domingo de junio.
En esta elección se agotan las figuras representativas del grupo ismaelista como Enrique Benítez, Ricardo López, entre otros, que no lograron retomar la ilusión de su líder en gobernar por siempre a Durango.
En este mismo tenor se encuentran José Ramón Enríquez y Esteban Villegas; ambos saben que es ahora o nunca la posibilidad de convertirse en gobernadores y es que en seis años cambian mucho las cosas y más en estos tiempos de pandemia.
También Lety Herrera, está en la última y nos vamos, sabe que no hay que esperar seis años más para lograr el sueño que dejó trunco don Carlos Herrera y por eso es que volvió a decir que todavía quiere ser gobernadora, pese a que no se encuentra en el mejor momento de su carrera política.
En este lapso de las definiciones, las carreras que también llegaron a la orilla que Dios les señaló, fueron las del arquitecto Adrián Alanís y Jaime Rivas Loaiza; ambos saben que ya tienen más historia que futuro, por eso es que decidieron apuntarse en los juegos de la sucesión, pero la decisión de su amigo favoreció a Héctor Flores, quien todo lo contrario, su carrera apenas comienza pues no se descarta en en un futuro no muy remoto, aparezca como candidato a diputado local, federal o senador a cambio de ceder el espacio a un priista.
Sin embargo, todo esto representa un área de oportunidad para refrescar la clase política duranguense, la cual terminó de agotarse por postular a los mismos de siempre. Ahora, se ven perfiles novedosos como la misma Marina Vitela, Paty Flores, Martín Vivanco, entre otros.
Si las preferencias electorales no se modifican, Marina Vitela, tendrá la oportunidad de impulsar una nueva clase política, como en su tiempo lo hizo su paisano el Dr. Héctor Mayagoitia Domínguez, quien fue el impulsor de los grupos de Maximiliano Silerio, Máximo Gámiz, Guerrero Mier y Ramírez Gamero.
Ahora solo falta ver qué futuro político le depara a Durango con la clase política que traerá consigo quien gobierne la entidad para los próximos seis años.