Vergonzosa la indiferencia de la sociedad duranguense ante autoridades y organismos que representan la “dignidad y transparencia del quehacer político”, y no es para menos que nos detengamos a señalar que durante años se ha acostumbrado al sometimiento a la sociedad civil ante los catastróficos sucesos que hemos sido presa como sociedad por parte de errores humanos, que realmente NO son un error sino actos con absoluto dolo y total alevosía.
Se nos han presentado personajes que sin ninguna experiencia ostentan los cargos excusándose en su incapacidad e idiotez como si fuera superfluo y no dimensionan el daño colateral que trasciende en la sociedad.
Nos hemos permitido porque eso consta en los hechos que como sociedad permitimos que hombres y mujeres sin la capacidad de hacer y la sobrada deshonestidad del cómo hacen las cosas nos sometan a una dinámica vulgar en la podredumbre del subdesarrollo, la clase empresarial con tintes políticos han dejado en manifiesto sus más mezquinas pretensiones para lucrar de una forma visceral y es así como se galardonan nuestra clase de políticos y empresarios cual viles vividores. Con gran facilidad nos podemos detener a segmentar a los que tienen la misión y por supuesto la visión como empresarios, por lo que no nos molestaría presentarnos ante la realidad.
¿Dónde se encuentran todos esos organismos hermanos de la verdad y la transparencia que presentan ante la prensa y ante las diferentes legislaturas que presumen salvaguardar los intereses sociales? – En la nómina – Bueno sí, pero ¿qué hacen ahí? ¿Por qué no se les inhabilita por la omisión? Por qué no se les depura por su incapacidad?
No solo hay deuda a las dependencias, a los ayuntamientos, a las instituciones, a los trabajadores. ¿Cuánto nos deben en equivalente al retraso como CIUDAD, como ESTADO? ¿Así se van? ¡IMPUNES! – No, también se van millonarios. – Cierto, somos una sociedad jodida por la falta de carácter, confusión de la prudencia y sobrada estupidez.