Bien reza la frase que acuñó hace mucho Napoleón: “La Victoria tiene cien padres, pero la Derrota es huérfana”. Así pues, con el contundente triunfo del Gobernador electo Esteban Villegas, resulta que son muchos los que se cuelgan la medalla por el mérito de la victoria, siendo que, los que hemos seguido la carrera del Médico y los que sí saben de política, sabemos bien que el mérito es exclusivo del priísta.
Uno de estos advenedizos es el lagunero Marcelo Torres Cofiño, quien desde hace siete años funge insoportablemente como delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PAN en Durango, quien es bien conocido por los blanquiazules duranguenses como un mercachifle de puestos, experto, dicen, en extorsionar y negociar candidaturas y puestos a conveniencia personal y su bolsillo.
En la elección del 2016, fue conocido por el Comité Directivo Estatal como un hombre irascible, irracional y necio, quien entorpeció negociaciones y les puso el pie a los perfiles municipales competitivos en esa elección. Desde esa contienda, se le relacionó íntimamente cercano al grupo de los neo panistas (quienes en ese momento no eran ni siquiera militantes), Carlos Maturino y Javier Castrellón.
Hoy, ante los resultados favorables, Marcelo Torres ha gritado por lo alto y lo bajo, que el triunfo de Estaban Villegas ha sido gracias a su “invaluable apoyo” y su sagaz estrategia, por lo que “haiga sido, como haiga sido”, ya tiene dos gubernaturas ganadas al hilo… parece que el buen Marcelo no ha hecho bien sus cuentas.
He hablado ya de los números de esta elección del 2022, pero como al parecer Marcelito no sabe contar, aquí va de nuevo: El Partido Acción Nacional obtuvo en esta elección tan solo 108 mil 337 votos, que representan el 15.709% de la votación, esto es una diferencia de 145 mil 310 votos menosque la elección del 2016, lo que representan 57.288279% votos perdidos.
Lo anterior significa que el PAN en Durango perdió más de la mitad de sus votantes, convirtiendo al partido más en un lastre que en un aliado, por lo que (como ya había dicho en otra columna), los panistas no tienen cara para exigirle nada al nuevo Gobernador Electo y más bien deberían pedirle perdón por todos aquellos militantes (sobre todo neo panistas), que le jugaron en contra.
Marcelo Torres es un vendedor de humo y espejos, que por sí solo nunca ha tenido una victoria, es más, ni siquiera pudo ganar su propia campaña en 2021 para ser alcalde de Torreón, siendo que Jorge Zermeño ¡vaya que le ayudó!, y a pesar de esto se fue hasta el vergonzoso tercer lugar. A esto se suma la larga lista de señalamientos por corrupción cuando fue presidente de la Junta de Gobierno y representante de la Mesa Directiva del Congreso de Coahuila, donde fue diputado plurinominal.
Así pues, al PAN Durango le URGE sacudirse a estos vampiros que le succionan la vida, que los dividió, los confrontó y los alejó del partido. Es imperativo que el presidente Marko Cortés mande a perfiles mejores, sanos, transparentes, pero sobre todo cercanos a él como un Carlos Cárdenas Alamilla, un Agustín Rodríguez o un Rafael Palacios Silva.