La palabra cambio, es una constante en las campañas políticas, en la perorata y el marketing político, es empleada como una fortaleza y suele ser sumamente atractiva para el elector.
Hablar de cambio sin embargo implica que realmente suceda una alteración a lo establecido, una variación de las actitudes y propuestas. El partido Movimiento Ciudadano ha fincado su campaña, sobretodo la que contiende por la alcaldía capitalina con una frase o slogan de “métele cambio Durango” y criticando a los gobiernos por supuesta falta de resultados o por el “chapulineo” de algunos actores políticos, situación por demás curiosa, ya que si recordamos el propio dirigente Vivanco, fue candidato en el 2018 por el PRI y su compañera de partido Patricia Flores Elizondo, ahora candidata al Gobierno del estado, es una reconocida panista que se auto denominó como Anti PRI, quizá por ello la notoria separación entre ambos y la falta de coordinación de sus campañas.
Lo que nos lleva a analizar lo siguiente, el techo electoral de MC vió su cúspide con José Ramón Enriquez, quien fuera el primer socio de Dante Delgado en su franquicia duranguense, lograron en alianza múltiples espacios y desde entonces solo ha venido debacle para el partido naranja. Oscar García Barrón pretendió mantener la barra que estableció su antecesor y aunque logro resultados con algunos perfiles como Paulina Monreal, Alan González, Antonio Mier y Martin Vivanco, no obtuvo triunfos, lo que valió el llamado del propietario de la marca para relevarlo de su encomienda e imponer a través de Jorge Álvarez Máynez, a Martin Vivanco, quien según dicen sus propios compañeros, jamás supo hacer equipo con ellos y siempre manifestó que se quedaría con el lugar del profe.
La llegada de Vivanco significó una recomposición en la marca naranja, de inicio ubicó perfiles afines que no tenían ningún trabajo con el partido y relegó a los que sí habían logrado ciertas ventajas; Vivanco depositó la responsabilidad total de la operación política en José Alfredo Varela quien venía trabajando con él desde el PRI y está relacionado directamente con Ricardo Pacheco, quizá apostando que desde la CTM se beneficiara su candidatura; sin embargo, se sabe que Dante Delgado en el arranque de Paty Flores Elizondo, tuvo una fuerte conversación con Vivanco, por no decir un reclamo, por la falta de estructura y trabajo como dirigente estatal y es que el encomendado ha apostado por la campaña de aire y un posicionamiento personal en lugar de la marca que era su principal función.
Seguramente como vaticina el slogan de Vivanco habrá cambios, pero una vez más será de dirigencia estatal, para su desventaja ya que poco se augura en su futuro político, cuando menos en la entidad. Quienes ya se frotan las manos son los del equipo de Paty Flores, los cuales aseguran que Pancho Franco llegó con muchos ánimos y planes para el futuro inmediato de esta marca política.