Pasamos la página al 2021 y llegamos de lleno a uno de los procesos electorales que más expectativa ha generado y seguirá generando en los últimos sexenios en nuestra entidad, donde la renovación del Gobierno del Estado y las 39 alcaldías, han tomado mayor relevancia, pues esta vez, parece que solo habrá 3 candidatos a gobernador después de estar acostumbrados a tener una oferta política muy nutrida y donde, además, se enfrentarán dos propuestas ideológicas, políticas y sociales encontradas, más por la mercadotecnia política que por ser verdaderamente opuestas, en lo que podría ser el refrendo de la poca aceptación de la ciudadanía duranguense a la ‘Cuarta Transformación’ o, el momento en que, finalmente, se consolida el movimiento lopezobradorista en Durango, con muy pocos perfiles asociados realmente al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los primeros en registrarse ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, a pesar de las muchas especulaciones que hacían que la unión de los partidos pendiera de un hilo, fue la coalición conformada por el PAN, el PRI y el PRD, sin que exista claridad, aún, de cuál partido será el que designe finalmente al candidato. En Acción Nacional, todos cerraron filas con Héctor Flores Ávalos como su propuesta, aunque a regañadientes, por ser el perfil menos posicionado, el de menor arraigo duranguense y el que representa la más clara intención de continuidad de la administración actual, que gracias a los pésimos manejos financieros de su actual tesorero, llevará a cuestas el peso del peor diciembre que se ha vivido por una administración estatal, donde hasta el momento en que se escriben estas líneas, no se han cubierto la totalidad de las prestaciones y gratificaciones de fin de año de los trabajadores en algunas dependencias estatales. Así, con todos los negativos que le representa, el soldado aispurista registró su intención de ser el candidato del PAN hacia la alianza, después de varios amagos que terminaron posponiendo el acto.
Se sabe que , a nivel nacional ya está pactado que en Durango será el PRI quien designe el candidato, a cambio de que el PAN haga lo propio en Aguascalientes, Tamaulipas e Hidalgo, por lo que los pataleos blanquiazules serían más para presionar en el acomodo de las posiciones, sobre todo en las 39 alcaldías, que porque verdaderamente tengan posibilidad de intentar ser competitivos con quien apenas había visto la luz un año antes y que, en cualquier grupo social, siguen preguntando “¿Quién es Héctor Flores?”. Así, el PRI se prepara para designar la candidatura por medio de convención de delegados, donde parece más que obvio, si no atentan contra la lógica, que será Esteban Villegas Villarreal.
Enfrente tendrán un monstruo que ya definió a Marina Vitela como candidata, conformado por Morena, los partidos Verde y del Trabajo, más la reciente adición de Redes Sociales progresistas, que parece que generará más ruido que votos, pero que en una elección donde se juega tanto, nadie puede darse el lujo de menospreciar. Si el PRIANRD quiere ser competitivo, deberá evitar que las indefiniciones sigan mermando su figura y, a menos que el proyecto sea entregar el estado, como ya se ha especulado antes, jugar con su mejor carta.