En el marco de la celebración del Día de la Libertad de Expresión, escuché una perorata que me llamó la atención, pues en ella se afirmaba que periodistas solo son aquellas personas que buscan la noticia en las calles y que trabajan en empresas de la comunicación que pagan impuestos. En este sentido, quise hacer la siguiente reflexión:

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), dentro de su jurisprudencia y considerando los estándares internacionales referentes a los derechos humanos, ofrece una interpretación amplia sobre quiénes son considerados periodistas. Esta concepción incluye no solo a los profesionales de la comunicación que trabajan en medios tradicionales como prensa, radio y televisión; sino también a personas que ejercen actos de búsqueda, recepción y difusión de información e ideas de toda índole, a través de cualquier medio de expresión, de manera independiente o asociada. Esta definición comprende a quienes realizan estas actividades de manera profesional, periódica, o esporádica, con o sin fines de lucro.

Esta perspectiva amplia reconoce la evolución del periodismo y la emergencia de nuevas formas y medios de comunicación, incluidos los digitales o electrónicos. Asimismo, destaca la importancia del papel que juegan los medios alternativos, los blogueros, y otros actores no tradicionales en la contribución a la diversidad y pluralidad de información.

La Corte IDH enfatiza la esencialidad del trabajo periodístico para la construcción de sociedades democráticas y subraya la necesidad de protección de los periodistas frente a amenazas, intimidaciones, agresiones o cualquier otra forma de interferencia que pudiera obstaculizar su labor. Dicha protección se extiende para garantizar el ejercicio libre del derecho a la libertad de pensamiento y expresión, contemplado en documentos internacionales como la Convención Americana sobre Derechos Humanos así como la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En el mundo de hoy, la información es más que poder; es un pilar sobre el cual descansa la democracia. Las personas periodistas son los guardianes de ese pilar, dedicándose a buscar la verdad y reportarla por el bien común. Sin embargo, su papel esencial en nuestra sociedad cada vez se ve más amenazado por ataques, tanto verbales como físicos, que no solo socavan la libertad de prensa sino que también ponen en peligro las mismas bases de nuestra democracia.

Ante este panorama inaceptable, es menester hacer un llamado urgente a todas las entidades de gobierno, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y a la sociedad en general para tomar una postura firme y conjunta en la protección de los periodistas y la libertad de expresión. Es imperativo establecer y fortalecer los mecanismos dirigidos a evitar que los periodistas se conviertan en blanco de agresiones por realizar su invaluable labor, la cual debe conducirse en el marco de respeto a la dignidad humana y los derechos humanos, como signo de corresponsabilidad social.