Como tratando de borrar un capitulo negro, se va Ruth Medina Alemán de la Fiscalía del Estado de Durango. Aunque se diga que ella “presentó su renuncia”, lo cierto es que la comodidad con la que se despide no es suficiente para tapar la estela de irregularidades, opacidad y rezagos que deja, pues evidentemente su remoción no compensa su mala administración en estos casi seis años de estar al frente de una de las instituciones de justicia estatales más cuestionadas y señaladas, tanto por su corrupción, como por su insensibilidad y trato inhumano, sobre todo con las víctimas de delitos sexuales.
Hoy Durango no tiene Fiscal. Hoy, el estado está oficialmente en la orfandad para que se haga justicia. El caso lamentable de la joven menor Ivanna Soto, es solo la punta del iceberg, pues existe una montaña de carpetas de casos que se acumulan y se acumulan en la Fiscalía, para los cuales no parece exista la voluntad de resolver.
Que Ruth se vaya sí era necesario, al menos para salvar algo de la dignidad que le pudiera quedar a la Fiscalía, pero su salida no soluciona ni remedia la retahíla de casos y omisiones graves que han dolido y lastimado a la ciudadanía, no solo en los casos de agresiones sexuales, también en los robos, asesinatos, violencia intrafamiliar y extorsiones. Su salida debió darse al inicio de la administración, no ahora que pareciera más se le está haciendo un favor para no enfrentar cara a cara a las y los diputados del Congreso estatal.
En Durango en seis años se vivió una época de injusticia y rezago, donde no pocas veces, la gente desistía, ya que, entre el maltrato en la Fiscalía, la tardanza en las investigaciones y la integración de las carpetas de investigación, sumando alcinismo del: “oiga, ¿y no puede ir usted por las pruebas y nos las trae?”, muchos duranguenses prefirieron dejar todo y. ya no denunciar.
Ante la mediocridad para la impartición de justicia y la tardanza en los procesos indagatorios, el caso de Ivanna Sotofue la gota que derramó el vaso. Hoy, Durango dijo “¡Basta!” y la presión social por la indignación orilló a que se tomara la decisión de que se fuera la impresentable Ruth Medina.
Se va, entre elogios del gobernador José Rosas Aispuro y no como lo exigía la sociedad: por la puerta de atrás, pues su indignante desempeño no es para menos. Todavía, el Ejecutivo Estatal le reconoció su labor, ¿cuál?, no sabemos, porque ante la sociedad fueron muchos los vacíos que dejó, y pasará a la historia como una de las funcionarias que peor ha hecho su trabajo, una mujer que ensució el buen nombre de muchos y que lamentablemente es, por sus acciones, una vergüenza para su género.
Se va Ruth Medina, renuncia cobardemente antes de dar lacara a las y los diputados; llega a la Fiscalía un tal Daniel Rocha Romo, de quien se ha dicho, no comparecerá ante el Congreso, sin embargo, deberá ser ratificado por la LXIX Legislatura, para lo cual aún no hay fecha. En seis meses, Daniel Rocha deberá corregir seis años de errores,ineptitudes, escándalos y vicios.
Este episodio en Durango, quedará de ejemplo de lo que en la sociedad ya no queremos. Merecemos, como ciudadanos, como pueblo, como comunidad, funcionarias y funcionarios altamente calificados, con verdaderas ganas de trabajar, con verdadera visión de justicia, con una alta moralidad, pero,sobre todo, con un verdadero compromiso de hacer que este estado ya no sea calificado como el más corrupto en burocracia e impartición de justicia… pero esa, ya será tarea de una próxima administración.