El Giocondo

Senado 2024, las cartas de MORENA

por Alejandro Flores de la Parra 11 octubre, 2023 | Hace 11 meses

Todo parece indicar que las candidaturas para buscar la presidencia de la República en 2024, están definidas en los dos bandos más fuertes: Morena y sus aliados de la Cuarta Transformación se han decidido por Claudia Sheinbaum Pardo mientras que, el Frente Amplio por México del PAN, PRI y PRD, han depositado su proyecto opositor en Xóchitl Gálvez Ruiz. Si todo va como hasta ahora y nadie saca un truco de la chistera, solo nos faltaría saber con quién pretende competir Movimiento Ciudadano, cuyo proyecto no es la presidencia, sino crecer en los estados y municipios, agregando posiciones de representación y alguno que otro gobierno municipal para su causa.

Estas definiciones anticipadas, han destapado la olla en lo local, lo que ha provocado que algunos perfiles empiecen a moverse, a levantar la mano, a sacar sus fotos en actividades familiares o hasta comiendo tacos en algún puesto porque, usted sabe, son raza, son pueblo. Nada más lejano de la realidad en la mayoría de los casos, pero percepción es realidad y a eso se le apuesta.

Morena tiene el reto de siempre, el que desde 2018, aun habiendo ganado casi todas las posiciones de representación, le ha significado no tener un crecimiento electoral sostenido y lo ha llevado a perder todo lo importante: la falta de unidad. Y no me refiero a andarse tomando fotos todos juntos y simulando sonrisas mientras por detrás todos operan en contra de todos, sino incluso a una falta de convergencia ideológica, pues aunque todos dicen estar en el camino de la transformación, sabemos que para muchos de ellos, ser ‘de izquierda’ se ha convertido más en una oportunidad de pertenecer cuando los batearon de otros lados, porque su concepción de la política dista mucho del progresismo y el liberalismo que pregonan.

En las cartas al Senado, la lógica y si acaso, hasta la justicia, dejan a Marina Vitela como el perfil natural, siendo hasta hoy, la mejor posicionada. Ahora, también es cierto que perdió de forma escandalosa la gubernatura apenas hace poco más de un año, pero cuenta con un recorrido que le permitió la propia candidatura, que le dejó un reconocimiento social que, para cualquier otro perfil, tendría que ser construido desde cero. Otro personaje que podría estar en la boleta, es la propia senadora Margarita Valdez, quien ha acompañado el proyecto lopezobradorista y ha estado presente desde San Lázaro los últimos seis años, trabajando en territorio y generando alianzas a nivel nacional y local, dentro y fuera de su partido. En la fórmula, seguramente se verá a Alejandro González Yáñez, “Gonzalo”, quien además, seguramente estaría en la primera posición, no tanto por mérito sino por acuerdos políticos que, en lo nacional, el Partido del Trabajo ya tiene pactados, así que quien le acompañe, deberá apostar a ganar o podría quedarse fuera, toda vez que Andrés Manuel no será factor directo en las boletas.

Otra quien ha levantado la mano para buscar el Senado por Morena, es la diputada local Sandra Amaya, quien llegó, por fortuna más que por destreza, a las filas del partido, después de su poco célebre paso como regidora panista (lo que le valió ser desplazada y no ser tomada en cuenta por ese partido); su diputación llegó primero por la alianza generada por el Partido Encuentro Social en 2018, sí, ese partido de extrema derecha, pero que al perder el registro y con la venia del entonces delegado con funciones de presidente, Rosendo Salgado, se convirtió en política de izquierda. Luego se convirtió en la primera mujer en presidir la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso, lo que le duró apenas unos meses, pues al no haber sido leal a los acuerdos generados con el propio Rosendo y con los integrantes del Grupo Parlamentario, fue reemplazada. Después, en una segunda ocasión, en el tercer año de la Legislatura pasada, volvió a presidir la JUCOPO, para tener que dejarla nuevamente a los pocos meses, pues tuvo que dedicarse a amarrar la reelección por la vía de representación proporcional, luego de haber presentado documentos ante el órgano local electoral donde, presuntamente, se habían falseado firmas. Al final, entre distracciones y pugnas internas, logró su cometido y hoy se encuentra, por tercera vez, presidiendo la Junta, luego de jugarle sucio a su compañero de partido Christian Jean Esparza, burlando los acuerdos que se habían establecido previamente, incluso con Nacho Mier y Mario Delgado desde la cúpula morenista.

Para Sandra Amaya no será fácil apuntar tan alto, pues sabemos que no es la que tiene las mejores relaciones a nivel nacional, lo que le da una ventaja competitiva a Marina Vitela, además de que, con su compañero de fórmula, en el supuesto de que fuera Gonzalo Yáñez, tampoco tiene una buena relación, luego del fallido intento de imponerle gente dentro de su equipo de campaña para la presidencia municipal de Durango, que terminó en una terrible derrota en 2022. Así que, entre su historial de traiciones ideológicas, a las personas que la acogieron dentro del partido y a los acuerdos establecidos durante su paso por el Congreso local, sumado a que en Durango ella apoyaba el proyecto de Adán Augusto López y no le es leal a Claudia Sheinbaum en lo mínimo, quizá su apuesta deba ser a arañar una diputación federal o hasta quedarse otros tres añitos en lo local.

Al final, el chiste será que, como ciudadanos, evaluemos los perfiles con una lupa muy grande, porque ya vimos la incidencia que tiene un Poder Legislativo federal en las decisiones que nos afectan como país, y no podemos permitir que, quienes nos representen, lo hagan solo por sus propios intereses y ambiciones.

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