El Giocondo

Va por Durango, a cuidados intensivos

por Alejandro Flores de la Parra 28 enero, 2022 | Hace 3 años

Luego de la definición de la coalición PAN-PRI-PRD, por Esteban Villegas como su carta a la búsqueda de la gubernatura del Estado, la reacción de los panistas generó expectativa, pues días antes se había especulado sobre la posible ruptura del convenio que los llevaría juntos a las boletas, si no se viera favorecido a Héctor Flores como candidato. A pesar que la madrugada de este miércoles se había dado a conocer la decisión de la alianza tripartita por el reconocido priista, en el blanquiazul la resaca del resultado los dejó mudos durante 36 horas y, no fue hasta el día siguiente, pasado el mediodía, cuando el aspirante panista salió a declarar su aceptación al resultado y posterior respaldo a la decisión que no le beneficiaba. Esto es bueno y era necesario, aunque tardío. Lo que llama la atención es que, hasta el momento en que estas letras son escritas, la dirigencia estatal del partido blanquiazul no ha pronunciado palabra, pues sabemos todos que, en la política, importan mucho las formas y, la falta de cortesía y civilidad blanquiazul, a nadie beneficia, contrario a lo que sí hizo de inmediato el partido del sol azteca.

Contrario a ello, la postura del abanderado de la alianza, fue prudente y atinada, pues envió un mensaje de agradecimiento a las militancias de los tres partidos y dio entrada a todos en su proyecto, en lo que todos sabíamos debía, de manera inmediata, buscar sanar heridas. La pregunta es, ¿realmente se logrará sanar a tiempo? Y es que la indecisión de la coalición, la decisión de realizar una encuesta a todas luces innecesaria porque nunca hubo competencia, el silencio y la tardía reacción para reconocer a quien encabezará el proyecto, permitió que las especulaciones respecto a la ruptura, a una posterior operación de brazos caídos, a una desbandada de quienes no se sentían satisfechos con la resolución tanto al interior del PAN como del PRI y a quienes buscan siempre, en la desestabilidad, sacar sus beneficios, pudo haberse evitado si tan solo se hubiera sido más atinados en los tiempos.

Del otro lado, seguramente estarán esperando a quien se quiera sumar al proyecto, producto de cualquier susceptibilidad herida, pero, seguramente también, sabrán que habrá muchos buitres que podrán ofrecer aportar capital político, tanto para un lado como el otro. La ventaja de Marina Vitela, en Morena, justo ahora, radica en que su pronta definición como candidata, le ha permitido buscar construir con lo que, para muchos, no tiene vuelta, pues lucen inminente su nombramiento como candidata a pesar de los pataleos de quienes aún intentan menoscabar los resultados del proceso interno. En «Va Por Durango»tendrán que aprovechar las capacidades y conocimientos médicos de su candidato, pero sobre todo su capacidad para generar consensos, porque justo ahora, la alianza debe entrar a la Unidad de Cuidados Intensivos.

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