A lo único que obedece el actuar de las autoridades es a la OMISIÓN REAL de los hechos sobre la impartición de JUSTICIA para LAS MUJERES.
No queremos y no pedimos a un gobernador RECONOCIENDO que pasó la marcha sin incidentes. Por favor ¡esto NO! ¿En serio no se han dado cuenta de todo lo qué pasó? Pasaron por su presencia incomoda e inoperante decenas de mujeres que exigen JUSTICIA, decenas de mujeres que señalan a sus agresores y que su trabajo como GARANTE DE SEGURIDAD es estúpidamente ridícula y lo más castrante es saber que una mujer como fiscal en nuestra entidad sigue haciendo invisible la necesidad de actuar para erradicar la violencia contra la mujer, se resume en una sublime CORRUPCIÓN.
Es verdaderamente preocupante que un Presidente en la JUGOCOPO no se haya pronunciado con un interés sobre el acoso y el ambiente tan vulnerable en que se desempeñan las mujeres en el propio CONGRESO DEL ESTADO, el mismo ESTADO donde suceden estos delitos, es grotescamente necesario que se preocupe por la misma violencia que se vive en el deporte pero que a diario se vive en los hogares donde una mujer es presa de la delincuencia, de esa delincuencia del mismo sujeto que la autoridad ve como presentable y que protege con la flamante impunidad.
¿Tiene que llegar a ser una de tus mujeres para que nazca de ti la empatía? ¿Tiene que ser una contienda electoral para que salga de ti un momento de reflexión? No basta con que una mujer se presente a defender con discursos lo que la sociedad exige con las carpetas de investigación, mismas carpetas que no llevan un proceso justo, donde en las instancias se siguen victimizando a las mujeres.
En Durango siguen reparando los inmuebles, calculando de manera pronta y expedita los cuantiosos daños a las iglesias y edificios, pero la reparación del daño a las víctimas, eso, eso solo es el bonito discurso.